De la Sabra Marroquí al Izote de Zumpahuacán: Mitos y realidades de las fibras sostenibles en el mundo moderno
Por: Daniela Rejaf – Diseñadora textil y líder de Fashion Revolution México
El concepto de moda sostenible lleva años en constante evolución, cobrando relevancia en México y Latinoamérica gracias a movimientos como Fashion Revolution, Universo MOLA y Slow Fashion Movement, entre otros. Además, una creciente cantidad de marcas, cada vez más reconocidas, se están transformando para alinearse con este concepto. Sin embargo, no todas lo hacen con buenas intenciones; algunas caen en el greenwashing, adoptando la etiqueta de sostenibles sin un compromiso real.
El camino hacia la sostenibilidad es complejo, comenzando por la forma en que se le llama a una marca con este enfoque. No es correcto afirmar que una marca es “100% sostenible”, pues en esencia es complejo que una marca pueda lograr un equilibrio perfecto en sus tres pilares ( social , económico y ambiental) en todas sus operaciones, productos y servicios. Incluso ya muchas marcas o proyectos comienzan a utilizar términos como “moda lenta”, “circular” o “responsable”. Este enfoque es un buen punto de partida para identificar a aquellas que están realmente trabajando hacia un futuro más sostenible. En nuestro artículo anterior también compartimos algunos puntos de referencia interesantes en el camino del consumidor a la sostenibilidad, puedes leerlo aquí.
Sin duda, el tema que más resalta cuando se habla o comercializa la moda sostenible son los materiales. Entre los más utilizados se encuentran el bambú, el cáñamo, el algodón orgánico, el henequén, el tencel, entre otros. Sin embargo, al indagar en la trazabilidad de estos materiales, nos damos cuenta de la importancia de la transparencia, que es uno de los elementos mayormente resaltados en la campaña que llevó a fundar nuestro movimiento, . Es por eso que, como activista y diseñadora, me siento impulsada a investigar a fondo cada fibra para conocer su origen y proceso de fabricación.
Mi curiosidad sobre las fibras textiles comenzó, como la de muchos, en las tiendas locales. Sin embargo, siempre me quedaba con ganas de saber más. Esto me llevó a experimentar con texturas, colores y especialmente con las técnicas de tejido y teñido de distintas partes del mundo, siendo los procesos mexicanos de extracción y teñido natural lo que más me cautivó.
Este interés por la materia prima textil me llevó a investigar para diseñar mi primera colección para un concurso de diseño sostenible. Fue entonces cuando encontré un artículo en línea que hablaba sobre una “seda sostenible hecha a partir de agave mexicano”, fabricada por artesanos en Marruecos. Me quedé sorprendida y, con gran entusiasmo, busqué dónde conseguirla. Incluso contacté a la periodista que escribió sobre ello, quien me indicó que había visto la fibra en una ciudad de Marruecos. Al no encontrar más información, decidí ahorrar todo lo que pude para viajar directamente y conocer el taller donde la fabricaban. Aunque la pandemia detuvo mis planes, en 2024 finalmente pude hacer el viaje.
Al llegar a Marruecos, me encontré con The Annou, una cooperativa de artesanas marroquíes dedicada al comercio justo y la transparencia en los procesos artesanales. En un taller inmersivo, pude hablar con las artesanas y aprender sobre la famosa fibra, que descubrí que se llama Sabra. Fue aquí donde comenzó mi decepción. Resulta que la fibra de Sabra, lejos de ser el material sostenible proveniente del agave mexicano como lo leí en aquel primer artículo, es en realidad un rayón importado de países asiáticos. Este mito, creado para atraer a turistas, había llegado incluso a España, donde se vendían productos “sostenibles” bajo el concepto de fibras naturales. Así como quizá muchos otros sobre fibras eco amigables en otros países o contextos hablan sobre Moda Sostenibile.
Esta experiencia no sólo me impresionó , no solo al hacerme caer en la cuenta de que estos mitos son algo muy común para atraer a los clientes hacia talleres y tiendas, sabiendo que estos jamás se van a cuestionar de dónde vienen realmente los materiales; sino también el hecho de que estas fibras, provenientes de un rincón escondido del continente africano, puede entenderse como una realidad muy lejana, pues, ¿cómo un artesano marroquí, que en su vida ha viajado a México, va a entender las propiedades del agave para poder justificar que se pueda no solo cultivar sino trabajar de la misma manera en la que se hace en los talleres de artesanos en nuestro país? . Los mitos o ideas de que un material es sostenible solo porque dice que lo es, sin una base real que lo justifique, definitivamente le dan la vuelta al mundo
Es por esto que quiero compartir otro descubrimiento, igualmente fascinante: el Izote de Zumpahuacán, una fibra natural mexicana que me sorprendió por su autenticidad y sostenibilidad. En septiembre de 2024, conocí a Ana Celia Martínez, fundadora de ANART Certificación Profesional, un proyecto dedicado a la información y la organización de viajes bio-culturales para conectar con las comunidades de artesanos en México. Junto a ella, viajé a Niltepec, Oaxaca, para conocer el proceso de creación del Añil, conocido como “el oro azul”. Lo más hermoso de ese viaje fue conocer el proyecto Azul Izote, un proyecto que ha ganado premios internacionales y que trabaja en la co-creación de productos sostenibles con artesanos, asegurando una relación justa y responsable.
Gracias a este encuentro, comenzó una colaboración con el equipo de Fashion Revolution México, en la que pude integrar mis inquietudes y descubrimientos como diseñadora activista con los conocimientos de Ana y mis compañeras de equipo. Esto nos llevó a crear un viaje-taller dirigido a marcas y estudiantes que compartan el mismo interés por comprender lo que realmente son las fibras sostenibles. Este taller tiene como objetivo ayudarles a descubrir lo cerca que tenemos estas materias primas, que son oro puro e impecablemente trazables. Además, los artesanos están muy entusiasmados por compartir sus valiosas tradiciones, lo que permitirá que la esencia de Zumpahuacan se refleje en el valor agregado que puede aportar a las marcas mexicanas.
Esto proporcionará un enfoque de sostenibilidad más realista y genuino en los materiales, ofreciendo un ejemplo para que cualquier estudiante o diseñador, ya sea en Marruecos, España o Asia, pueda encontrar una fuente confiable en Internet sobre cómo diseñar sus colecciones. De esta manera, podrán evitar las decepciones que, al igual que yo, muchos otros diseñadores han enfrentado durante sus procesos creativos. Así, cierro este artículo de forma circular, con el objetivo de reducir tanto el greenwashing como la eco ansiedad que recorren el mundo, evitando que tantas marcas inicien o lleguen a comprender la Moda Circular desde su esencia ancestral, la cual, inspirada por y para la naturaleza, no es tan difícil de lograr.