WASHINGLESS¹: mostrar lo que soy

By Fashion Revolution

5 years ago

 

Campaña de Shine 4 Diversity, un movimiento social dirigido por modelos.


Texto: Victoria Zaccari.

 

Es conocido que la moda apeló tradicionalmente a las mujeres cisgénero (mujeres cis)², y quizás a partir del siglo XX al colectivo LGBTQIA+. ¿Pero a quiénes interpela la moda? ¿Qué hacemos para integrar realmente a todes? ¿Es posible que hablar de género en moda pueda ser más que una estrategia de marketing o “lavado rosa” funcional a grandes marcas?

Aunque es considerada capitalista, el surgimiento de la moda es anterior a la constitución de este sistema socioeconómico. Así se convierte en una herramienta superadora, es capaz de adaptarse a los tiempos que corren. Desde hace tiempo me propongo usar la moda como un gran espacio creativo, comunitario y colaborativo. Como corriente política y combativa. El vestir, los eventos, los medios de comunicación y editoriales pueden recrear un sistema de moda que concientice y se haga responsable por lo que se produce y por los efectos secundarios de esta industria como la conocemos hoy.

Pudiendo lograr tantas cosas, ¿Por qué seguimos concibiendo a nivel social que la moda es solamente un terreno creativo, transgresor, alternativo, sin darnos la oportunidad de crear una nueva estructura de la cual formemos parte la mayoría? Sinceramente, no se me ocurre una mejor forma de transformar estructuras, que haciendo, compartiendo y equivocándome.

Como industria, la moda se maneja según lo que le es más conveniente al mercado y a las corporaciones, dejando de lado los deseos y necesidades de las poblaciones. A través de distintas y proliferantes herramientas, como medios de comunicación, concursos, eventos, películas, libros y redes sociales, además del tradicional comercio y vidriera, la moda parece ser una pantalla y la pantalla, una prisión.

Desde niñes (particularmente niñas cis) nos imponen lenguaje verbal, corporal, vestimenta, juguetes, películas, amigues, contexto. Desde siempre nos dijeron qué hacer y a qué jugar. Luego, de adultes esto continúa: hacer mucho ejercicio, comer determinada cantidad y tipo de alimentos, realizar determinadas actividades, y una larga lista de exigencias que no siempre llegamos a cumplir, porque además debemos ser exitosas, lindas y felices, para lograr todo lo que el statu quo nos dice que es lo mejor. Quizás queríamos otra cosa, pero no tuvimos el tiempo de pensarlo o sentirlo, porque la maquinaria de la industria opera 24/7 los 365 días del año.

Como consecuencia, a muchas personas nos ha costado (y nos cuesta muchísimo) reencontrarnos con una mirada amable sobre nuestro cuerpo. Sea cual sea nuestra identidad, no encontramos jamás ahí afuera parámetros que nos ayuden a mirarnos y estar conformes con lo que somos. Siempre hay más para alcanzar, siempre hay algo que está mal. 

Estoy convencida de que no hay una forma acertada de vivir. Y creo que la industria de la moda no nos vende prendas, sino la fantasía de lo que creemos que queremos ser.

Y ¿qué queremos realmente ser? ¿Nos dedicamos a actualizar nuestros deseos? ¿Queremos hoy lo que queríamos hace 5 años? Criticamos lo efímero de la moda. Pero, ¿se nos ocurrió pensar que la moda es efímera porque es un proceso social y los tejidos sociales mutan constantemente?

También, considero inminente pensar una moda con roles de género fluidos, no estáticos. Los estereotipos (también creados con fines de mantener a las masas uniformes) son condicionantes, determinantes y perjudiciales, ya que aprendimos a quedarnos en un solo molde o forma de conducta y cuando nos damos cuenta de que no nos funciona para lograr lo que realmente deseamos, nos cuesta en muchas ocasiones una crisis existencial… ¿Vale realmente que un poco más de ´belleza´ nos genere tal úlcera?

Así como las personas y sociedades vamos redescubriéndonos en nuestra identidad, no sería extraño en un futuro concretar una moda que no produzca, sino que regenere. Probablemente, por un lado con tecnologías de avanzada; y, por otro, como compañera de la tierra. En ambos casos reutilizando y reconstruyendo desde donde el descarte alguna vez la dejó.

Tampoco sería de extrañar, continuando con la hipótesis de una moda regenerada, que esta “nueva” forma de producción sucediera en el marco de una emergencia mundial de recursos como la que ya estamos atravesando.

Las demandas sociales son escuchadas una vez que estamos en el límite de lo posible. Sería hermoso que por una vez comencemos a armar soluciones que no fueran egoístas y que se propongan adaptarse a otros tiempos y contextos… Actualmente, el promedio de vida de una persona trans es de 35 años. Cada aproximadamente 3 días se comete un travesticidio en Argentina.³ La violencia de género también es por indiferencia y por invisibilización.

El día que la moda sin género deje de ser una estrategia de marketing que dura unos años y comience a ser una forma de experimentarla, podremos hablar de integración y habrá menos personas marginadas. ¿Queremos ser autenticxs? Empecemos a vestirnos como nos da la gana y a dejar de decir a otres qué está bien o mal y qué le queda mejor o peor, si no preguntó. Habilitemos más espacios para que todas las clases, generos, tamaños puedan distrutar el vestir. Aunque suene trillado, a la industria de la moda la hacemos entre todes.


¹Haciendo referencia a “pinkwashing” “rainbowashing” “greenwashing” y todo lo que refiere a una estrategia de márketing que implique decir algo que no creo, para sumarme a la tendencia actual. Mi propuesta es el “washingless” Digamos lo que pensamos.

² Neologismo de origen alemán propio del campo interdisciplinario de los estudios de género, que es utilizado para hacer referencia a aquellos individuos cuya identidad de género coincide con su fenotipo sexual. Lo opuesto a cisgénero (cis) es transgénero (trans).

³ Un registro que llevan adelante organizaciones sociales como Mujeres Trans Argentina  junto a personalidades como la religiosa católica Mónica Astorga Cremona, de Neuquén, contabilizó 79 muertes de mujeres travestis y trans, también para el año pasado. Además, en lo que va de 2019, treinta son los fallecimientos: una muerte cada 96 horas. Las defunciones registradas fueron por causa de asesinatos, suicidios y travesticidios o transfemicidios sociales, siendo estos últimos los más numerosos.

http://anccom.sociales.uba.ar/2019/05/16/cada-96-horas-asesinan-a-una-persona-trans/

Por Victoria Zaccari.