En la búsqueda de una nueva normalidad.

By Fashion Revolution

4 years ago

 

Imagen descargada de internet. Santigo, Chile – 2019

¿Alguna vez nos preguntamos cómo llegamos a esto? Yo sí. No fue por un virus. Así como la moda no es sólo ropa. Las prendas son una consecuencia. O, como suena bonito: el cambio es desde adentro.

Desde hace tiempo promuevo pensar la moda como un vínculo que une ideas, y luego se refleja en prendas… Pero, ¿cómo son nuestras ideas hoy? ¿Hacemos como en todas las crisis en las que nos planteamos cambiar de hábitos, pero cuando pasa nos olvidamos y seguimos igual que antes?

11 de mayo. Primer día luego del confinamiento en Francia. Una de las grandes marcas de moda rápida abrió sus puertas y colapsó. Es decir que en Francia –la cuna y sede de la moda como la conocimos- parece ser indispensable vestirse con prendas de origen aberrante.

Mostrar esto no tiene que ver con señalar a les consumidores franceses o a las marcas de fast fashion. Porque, mientras señalamos, hay una industria que funciona en torno a los números y la preocupación es haber perdido la temporada de invierno.

Al mismo tiempo que hay personas que siguen trabajando de forma informal en los talleres de confección, porque la industria no para (y porque las familias de les trabajadores necesitan ese ingreso), en otros estratos sociales o en las redes, se habla de un cambio de conciencia, o de volver a la normalidad.

¿A qué llamamos normalidad? 

La normalidad es la explotación, la ambición, la moda aspiracional, el lujo para algunes y la carencia para otres. La normalidad se nutre del consumo desmedido y persigue el crecimiento descontrolado, en perjuicio de quienes se esfuerzan por hacer un poco más, y a paso de incendios forestales, calentamiento global y niveles de contaminación sin antecedentes. 

La normalidad es aplastarnos entre nosotres para llegar más rápido a ningún lado. Es también no ponerse en el lugar de otres, no comprender, y la incapacidad de trabajar en equipo… ¿buscando sobresalir sobre qué?Pasar de un estado o de una velocidad a otra no es simple. Sin embargo, lo hicimos a la fuerza. Y a la vista están los resultados. 

Por supuesto, hay maneras de empezar a revertir este panorama. Podemos armar redes reales, redes de contención, no de intereses. De verdad, si queremos cambiar algo y que el mundo sea otro, un poco más sostenible, y que las marcas sean transparentes, el comercio justo, comprar local, que la producción sea lenta… Dejemos de valorar más una cosa que otra, más lo externo que lo interno, lo rápido sobre lo lento. No hay mejor y peor. Tampoco hay tiempo. 

La humanidad está en crisis. Y como dicen por ahí, es una oportunidad para hacer las cosas diferentes. Probemos. Total, como veníamos estabamos arruinando todo.

Por: Victoria Zaccari.